La segunda mitad de la vida, se plasma con el número Siete con el retorno a la esencia. Esta vibración expresa la clásica crisis de la mitad de la vida en la que la persona se detiene a plantearse las interrogantes existenciales de su vida y de la vida en general: sobre el sentido de su existencia, sobre las bases espirituales de esta existencia terrena.
A la vez, esta etapa activa la intuición (si no lo estuviera de antes), y su voluntad se fortalece, de modo que podrá llevar adelante proyectos científicos que antes no hubiera podido llevar a cabo.
Querrán asociarse con quienes tengan la misma afinidad mental o interés espiritual que ellos. Frente a los demás aparecerá como maestro. El resto del tiempo gustarán de estar solos, creciendo en su interior.
Ahora tiene la oportunidad de seguir fines mentales y espirituales.
Como educador, los demás lo escogerán por su conocimiento y sabiduría.
Puede desear estar solo para retirarse y meditar. Incluso puede escribir sobre temas metafísicos o seguir una línea inusual, inventiva o científica, de esfuerzo.
Debe cuidarse de no encerrarse ya que puede tornarse muy introvertido.