A ti, que aprendes a manifestar a través de tu personalidad, que tus pensamientos, tus gestos, tus deseos y tus actos reflejen la comprensión y la aceptación de lo que Es, sin máscara alguna. Tu fuerza consiste en estar al servicio de la humanidad y no de cambiarla según tus deseos, por nobles que sean.
Que tu inteligencia te guíe para unirte, para armonizarte y fusionarte con el otro, no para brillar por encima de él.
El Amor Divino, que pertenece a todos, puede expresarse a través de ti, precisamente en la vía del justo medio.
del Lic. Sebastián Santa Cruz